La Fé de los Sin Fé / El Valle desde lo alto

La Fé de los Sin Fé

El viento meciendo mis sueños,
El amor de los afortunados volvíéndose obsceno,
La escena cotidiana de vicios pequeños,
Tu sonrisa escondida y un revolcón entre el heno.

Luego las mentiras verdaderas del sol que nace,
Luego la saliva de fuego de la boca de un ángel,
La droga que sin hacernos nada todo nos hace.

Pides ayuda a Dios sin saber que Dios eres tú,
Pides ayuda al dinero sin saber que el dinero eres tú,
Pídele ayuda al vicio y la pobreza,
Al valium y a la cerveza,
a una mina o a las benzodiazepinas,
a un cuchillo o a una jaula de grillos,
pero nunca,
nunca te fíes de Dios.

El Valle desde lo alto

Con la farmacia a cuestas
en la rampa de un discurso,
se aburre el filósofo sin morfina
buscando una diva,
abajo en el valle,
con el LSD
las chicas yeye.

Cultura de desenfreno genital en lavabos fugaces,
absenta en la oscuridad,
vómito al alba,
cafeínaspirina para aguantar un día más.

Piernas separadas por manos sucias de orgullo
Piernas fuertemente sujetas por rosarios
sólo abiertas con sotana y escapulario
juramentos ante diabólicos notarios
y las chicas ye-ye,
con el LSD.

En el valle vivimos,
con libres cadenas
de farmacia,
vanguardia y sexo,
nexos de unión intrascendentes
al cielo o infierno.

En el valle morimos,
solos, como tiene que ser,
discretamente olvidados,
rápidamente ingeridos
por las llamas,
como en un cuento de hadas
sin final feliz,
simplemente
indiferente.